Las estrellas titilan llamando su nombre
esperando respuestas que no llegarán,
esperando palabras que no se escucharan
porque de pronto ensordeció el hombre.
Preocupados gritan más y más fuerte
pero su aliento se agota bruscamente
y son sólo susurros que se quejan enfrente
por las ansias que estar en su mente.
Susurros como pequeñas brisas
que en su querer decir enmudecen,
susurros que tan sólo sienten
y su corazón no entiende.
esperando respuestas que no llegarán,
esperando palabras que no se escucharan
porque de pronto ensordeció el hombre.
Preocupados gritan más y más fuerte
pero su aliento se agota bruscamente
y son sólo susurros que se quejan enfrente
por las ansias que estar en su mente.
Susurros como pequeñas brisas
que en su querer decir enmudecen,
susurros que tan sólo sienten
y su corazón no entiende.